Milagros...

Eso es lo que tiene que hacer Wenger para que un equipo en el que el jugador más viejo era Eduardo (24 años), y el resto, salvo Diarra (22 años), no rebasaban los 20 años, ganara anoche a domicilio al Blacburn Rovers, y accediera a las semifinales de la Carling Cup.

Más que milagros, lo que el francés hace es brujería, porque no es la primera vez que su equipo de Reservas, juega y gana, puesto que lo lleva haciendo en varios partidos de esta competición. (Continua en leer más)

¿Qué se le estaría pasando a Mark Hughes, entrenador del Blackburn, por la cabeza cuando “la guardería” del Arsenal le sobaba el morro a su equipo? Yo no lo sé, pero seguro que nada bueno, ya que solamente por veteranía, el Blackburn (al igual que el resto de equipos), debería haber ganado el partido.

Eso sí, nada de que el Blackburn jugara mal, y mucho menos que no luchara, sólo que Wenger está realizando una grandiosa labor con los jóvenes talentos. A pesar de que parezca un hombre frio, es muy atento con sus pupilos. Los cuida como si fueran sus hijos. Como un buen padre, para él no hay favoritos, todos tienen su oportunidad de demostrar su calidad sobre el terreno de juego.

Sin duda, el técnico francés está construyendo un Arsenal con un presente muy bueno y un mejor futuro a base de jugadores jóvenes, y con ganas de comerse el mundo. Espero que cunda el ejemplo.

Opina: ¿Es esta filosofía el futuro del fútbol? ¿Deberían seguir el ejemplo el resto de clubs?...